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HOSPITAL DE DÍA DE MADRID
Noel Bermejo Riera Carolina Ibáñez Vega Alberto Sánchez Gutierrez
Que el suicidio sea la principal causa de muerte no natural en España o sea la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años según la OMS justifican cualquier proyecto que tenga la intención de generar un cambio sobre el Estigma y los problemas derivados del mismo que sufren las personas que lo viven de cerca.
El proyecto como Punto y Coma creado por David Álvarez pone la mirada sobre la falta de sensibilización apropiada respecto del suicidio como problema de salud pública que no permite examinarlo ni dotarlo de los recursos necesarios para evitarlo.
El proyecto Punto y Coma da la palabra necesaria para romper el silencio sobre el dolor, la desesperanza y el sufrimiento que produce el suicidio, afronta la estigmatización de las personas, familias y sociedades que se enfrentan a este gran problema.
Proyectos como Punto y Coma son necesarios para la sensibilización, visibilización e incide en la conciencia social necesaria para afrontar la difícil tarea de cuidarnos, apoyarnos y solidarizarnos con el sufrimiento y el dolor; buscando soluciones comunes, colectivas a un problema que se vive como vergonzoso y personal pero que es corresponsabilidad de todas.
El Proyecto Punto y Coma es un proyecto humilde que aspira a ser grande y a impregnar a través de lenguajes universales, tales como la danza y la música, a todas y cada una de nosotras, desde lo más personal a lo más público.
Punto y Coma es un proyecto tejido en red y tejedor de redes de apoyo y sensibilización, es un proyecto necesario para que puedan romperse barreras de soledad, vergüenza y culpa; y que a su vez es motor de cambio de una sociedad que está dando la espalda a los que más sufren.
David Álvarez pone estás cuestiones encima de la mesa, y con delicadeza, honestidad y mucho esfuerzo crea el proyecto Punto y Coma. David instila esperanza y acomete la tarea del cambio, de la visibilización y la ruptura del estigma asociado al suicidio y lo hace sin olvidarse de nadie, ni de las personas que sufren, ni de las personas que tienen en sus manos realizar acciones que nos encaminen a una mayor justicia social.
Como profesionales del Hospital de Día Madrid, por las razones anteriormente expuestas, nos gustaría brindar abiertamente nuestro apoyo al proyecto Punto y Coma, creado y dirigido por David Álvarez. Rogamos a quien pueda llegar este escrito ayuden y apoyen al Proyecto Punto y Coma con el objetivo de producir un cambio tan necesario y poder afrontar esta realidad.
MARÍA SUÁREZ GÓMEZ
Licenciada en medicina por la Universidad de Extremadura. Especialista en psiquiatria.
Miembro del Observatorio de suicidio del Bajo Alentejo en Portugal
La palabra suicidio deriva del latín, que significa “homicidio sobre sí mismo”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 800 000 personas se suicidan cada año, lo que equivale a 11,4 muertes por cada 100 mil habitantes a un ritmo de 1 muerte cada medio minuto.
Por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio cada año.
El suicidio es un fenómeno global que afecta a todas las regiones del mundo. En 2016 fue la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades entre los 15 y los 19 años y el 79% de todos los suicidios se produjo en países de ingresos bajos y medianos.
El suicidio es un grave problema de salud pública; aunque es prevenible en parte mediante intervenciones oportunas, basadas estrategias de prevención multisectorial e integral.
Son pocos países disponen de datos de registro civil de buena calidad que se pueden utilizar directamente para estimar tasas de suicidio. La subnotificación y la clasificación errónea de casos es un problema significativo por la sensibilidad y los sitios en que es ilegal cometer suicidio.
El 90% de las personas que se suicidan presentan una enfermedad mental, siendo las más comunes la depresión, los cuadros de ansiedad generalizada, crisis de angustia, fobia, trastornos del sueño y consumo de alcohol.
Aunque la relación entre suicidio y enfermedad mental está estudiada, muchos suicidios se producen de forma impulsiva en momentos de crisis como la pandemia actual, ante problemas económicos, rupturas sentimentales enfermedades crónicas y dolor.
Las mujeres intentan el suicidio más que los hombres, sin embargo, los hombres consiguen consumar el suicidio de forma más frecuente que las mujeres por el uso de métodos más letales de suicidio.
Los grupos de edad con mayor riesgo de suicidio son los adolescentes y los ancianos.
Es más común en las clases sociales más bajas, pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus económico, siendo los médicos la clase profesional con más tasa de suicidios por los altos niveles de estés a que están sometidos. Por otro lado, tener un empleo fijo disminuye el riesgo de cometer suicidio.
Otros grupos vulnerables incluyen los refugiados y migrantes, homosexuales y reclusos.
El principal factor de riesgo de suicidio es un intento previo de suicidio.
Muchos suicidios son prevenibles, a través de medidas como la restricción a los métodos letales, información responsable por parte de los medios de comunicación; intervenciones escolares; políticas para reducir el consumo de alcohol; identificación y tratamiento de personas con enfermedad mental, dolor y patologías médicas crónicas o incapacitantes, programas de formación a profesionales y psicoeducación a la población general, apoyo a las personas con tentativas de suicidio previos y los familiares y entorno cercano.
El estigma sobre este tópico impide pedir ayuda a muchas y esto empeora el pronóstico. El hecho de ser un tema tabú y la falta de sensibilización hace que el problema no se aborde de forma correcta. En este sentido, es prioritario aumentar la sensibilidad y superar el estigma para avanzar en la prevención del suicidio.
Desde 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), promueve el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El objetivo de este día es concienciar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse en parte.
Septiembre Amarillo es una campaña de la OMS vinculada al mes, semana y Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Se eligió este color porque en 1994 fue fundado el programa Yellow Ribbon (Cinta amarilla) por los padres y amigos de un adolescente brillante que se quitó la vida en un momento en que no sabía las palabras que decir para pedir ayuda. “No se culpen, mamá y papá, los amo”. Sus padres se pararon detrás del coche Ford Mustang amarillo brillante siete minutos después de que Mike se suicidase.
En el funeral se fijaron cintas amarillas con el mensaje “por favor no te suicides, busca ayuda”. El efecto dominó había comenzado a través de una cinta amarilla que conecta a los necesitados con los que ayudan.
Es un falso mito “El que lo va a hacer, no lo dice”, estudios indican que cada 10 personas que se suicidan, 9 de ellas dijeron claramente al menos a un conocido sus propósitos, y la otra persona dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida. Siempre una parte de la persona que tiene ideas suicidas desea vivir y la otra parte desea morir, por lo que generalmente existe un grito de auxilio o señales que se deben tener en cuenta, con frases como “soy un estorbo para mi familia”, sentimientos de desesperanza y de que las circunstancias no cambiarán, cese del sufrimiento y calma tras una fase de agitación, cierre asuntos, regalo de posesiones o notas de despedida.
Como familiar, amigo o conocido, de debe evitar dejar solo a la persona con ideas suicidas, evitar decir “no es para tanto” o “tienes que poner de tu parte”, eliminar objetos o sustancias peligrosas del alcance y buscar la ayuda especializada.
Hablar puede prevenir el suicidio, siendo en primer lugar conscientes de que existe un problema.
Otra medida eficaz es el seguimiento coordinado de pacientes en riesgo. Se puede implantar un código de actuación y así reducir los tiempos de espera entre consultas.
Es fundamental la limitación de acceso a los medios letales y los llamados 'hospots', puntos calientes donde se producen más suicidios.
Es necesario mostrar a la persona que hay alternativas, y que hay que abordar el problema que pueda tener.
Un control de los llamados 'hotspots', con una detección precoz, un abordaje coordinado, un seguimiento estrecho en los servicios sanitarios y una coordinación con los servicios educativos para las edades jóvenes y los servicios sociales para las edades avanzadas serían las claves.
La autopsia psicológica trata de reconstruir a través del relato de familiares y personas cercanas las características y conductas de la persona que cometió suicidio a fin de identificar la causa de la muerte en casos dudosos y de permitir a las familiar comprender mejor el hecho y disminuir la culpa que puedan tener y los intentos de suicidio entre los propios supervivientes.
Se trata de un problema que nos afecta a todos, y en este sentido, todos tenemos la responsabilidad de conocerlo y afrontarlo, por eso todos nos debemos convertir en la cinta amarilla como símbolo de la conciencia y prevención del suicidio.
En este sentido, programas como Punto y Coma tienen todo mi apoyo, ya que se trata de un proyecto con acciones sensibilizadores de posicionamento proactivo en la prevención del suicídio, dirigidos a toda la sociedad, con pilares tan importantes como la empatía, la creatividad, la música y las artes, la articulación con otros programas y el voluntariado.
Si cada uno pone su parte en este tema, sin duda todos llegaremos a buen puerto.
FRANCISCO JAVIER JERÉZ BARROSO
Médico Psiquiatra
Con entusiasmo, recibo la invitación de conocer un proyecto nuevo, multidisciplinar y enfocado en una temática dura, compleja y opaca a los ojos de la sociedad en general.Se trata del Suicidio.
El Suicidio, es un síntoma o el resultado de varios procesos psicológicos, biológicos o sociales que no ha recibido una atención global adecuada.Se trata de un problema de salud de primera magnitud, que va de camino a convertirse en pandemia.
En éste sentido, la respuesta debe realizarse a nivel sanitario, social, familiar y personal, ofreciendo todos los recursos y reconocimiento a un problema real.
El Proyecto Punto y coma, moviliza a la acción social, a través de tres fuerzas potentes al alcance de todos, como son la música, la creatividad y el amor.
Sé que va a ayudar a muchas personas y a la sociedad en general, y que supone un paso más hacia la salud, y hacia la Salud Mental.
SILVIA NÚÑEZ
Doctora en Medicina y Ciencias de la Salud por la universidad de Alcalá de Henares, licenciada en música en la especialidad de piano por el RCSM, especialista en Musicoterapia y especialista en Neuropsicología de la Educación e investigación.
La música como herramienta no tiene límites, no tiene fronteras. Es capaz de asistir y acompañar los momento más sublimes y emocionantes de la vida cómo dar cobijo y consuelo en los momentos más oscuros y tormentosos de nuestra psique.
El suicidio es una acción engendrada en el tiempo,silencioso,se escapa a la visión y a los demás sentidos. No quiere ser acompañado ni necesita pareja. La música puede disfrazarse como sombra de camino, para mecer y estremecer los pensamientos obsesivos negativos y cómo alquimista que es,reconvertir dichos pensamientos en libres emociones positivas.
Desde la Neuropsicología de la Música se trabajaría al sujeto desde un plano consciente las habilidades cogniti